
La idea era hacer un pequeño recorrido por la parte sur de Manhattan (la zona de negocios), Wall St, etc. y luego acabar en la entrada peatonal del puente de Brooklyn. Pues eso hemos hecho! Hemos ido por Wall Street y todavía no se puede visitar la bolsa (y probablemente no se pueda hacer nunca más). Hay mucha presencia policial y cuando nos hemos parado para chafardear lo que explicaban al lado de una furgoneta repleta de equipos electrónicos una amable policía nos ha invitado a largarnos con viento fresco.

En un parquecito hemos decidido tomar un pequeño refrigerio, un hot dog y una cocacola para más señas. Craso error, nos han timado miserablemente cobrándonos $16...
Por fin, después de ver unos cuantos rascacielos más, nos hemos dirigido al puente de Brooklyn. En la guía pone que tardas unos 20 minutos en atravesarlo. Nosotros lo hemos hecho en una hora (las fotos tienen la culpa!). Ha sido entretenido y el ambientillo era curioso.

Tenía un hermoso tatuaje que nos ha dejado fotografiar, aquí lo pongo para que lo podamos disfrutar. Espero que nos visite algún día y si es así, no tendrá guías mejores :)
Nos ha contado muchas cosas interesantes, por ejemplo, vivir en la zona sur de Brooklyn cuesta unos $1400 y tienes un piso con habitaciones grandes. Conforme te acercas a Manhattan, por ese precio, cada vez tienes menos espacio. En la zona donde comimos, sería una habitación pequeñita... Le he preguntado por el tema de las propinas y ha explicado que no cobra sueldo del restaurante sino que son los clientes, con sus propinas, los que le pagan. Lo habitual es un 15%-20%. Una semana buena puede ganar $1000, en cambio, en las épocas más frías o calurosas sólo hará unos $300.
Después de reponer energías hemos seguido algunas de sus recomendaciones y hemos visitado un parque que tiene unas vistas del skyline muy interesantes y de los puentes, tanto el de Brooklyn como en el de Manhattan. Había bastante gente pintando cuadros, muy chulo!
Después de este recorrido, hemos ido a un parque enorme en medio de la ciudad, estilo Central Park. Esta ha sido la parte dura. Hemos hecho un recorrido exagerado bordeandado todo el parque. Tal vez unas 2 horas sin parar o más. Al menos ha servido para bajar la comida.

Allí he probado una Ithaca Peach (o algo así) recomandada por la camarera y una Stone IPA elegida al azar. He acertado con mi elección: un amargor herbáceo interesante y agradable al paladar. Después de hincharme a cacahuetes nos hemos ido al hotel a descansar merecidamente!
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